Abu Simbel
El Templo de Abu Simbel, conocido como “El templo de Riamsese-Meryamun”, fue construido por Ramsés II, supuestamente a principios de su reinado. Ramsés II era hijo del Faraón Seti I y de su Gran Esposa Real, Tuya y fue el tercer faraón de la Dinastía XIX de Egipto y gobernó aproximadamente 66 años. En la actualidad, es considerado uno de los faraones más célebres, y su templo es uno de los que más deseábamos ver.
Gracias a la obsesión por construir y remodelar templos y edificios que tuvo Ramsés II durante su esplendoroso gobierno podrás disfrutar de Abu Simbel durante el viaje a Egipto. Es que gracias a él existen infinidad de edificación que ver si vienes a Egipto.
Es un templo que te animamos a visitarlo sin duda, no importa el tiempo que se tengan, es necesario incluirlo en el recorrido dado que te impresionará su arquitectura y la historia que narran los guías. En el templo se encuentran detalles que narran diferentes historias sobre su vida ya que fue un faraón muy polifacético, pues fue instruido en diferentes ramas.
Lo que más te va a gustar o al menos una de las cosas que más sorprende a todo el mundo son los detalles que pueden observarse en los muros que narran la historia de una de las grandes batallas que él encabezó contra los hititas, es muy curioso como dibujaran sobre la piedra los diferentes actos.
Una curiosidad que te llamará mucho la atención es que con el paso de los siglos, el templo quedó abandonado y al estar en el desierto comenzó a cubrirse de arena lo que provocó que su legado fuese ignorado por los historiadores hasta que en el año 1813 fue descubierto. Pero la hazaña que más te impactará saber es que fue desmontado piedra a piedra y trasladado a una zona más elevada para que no sufriera las consecuencias de las obras de la presa de Asuán.
Visitar Abu Simbel
El templo se abre con un pórtico que conduce hacia un atrio y una terraza donde verás la impresionante fachada excavada en la roca de 35 metros de ancho por 30 metros de altura. En ella ves a los cuatro famosos colosos sedentes de Ramsés II y figuras más pequeñas que representan a su familia.
Ya en el interior del templo se encuentra la gran sala hipóstila, de 18 metros de longitud y 16 de ancho. A la derecha de la sala, hay cuatro cámaras laterales con techos estrellados que contienen diferentes grabados. La segunda sala tiene cuatro pilares con escenas del rey abrazando a diferentes divinidades. Lo cierto es que todo el lugar es un espectáculo que te traslada a aquella época.
Visitar Abu Simbel es el sueño de cualquier viajero. El mejor momento para que hagas la visita es durante la madrugada, antes del amanecer, de esta forma observareis cómo el sol naciente va iluminando la inmensa fachada poco a poco. El recorrido se suele realizar siempre con un guía, pero estos en ocasiones dan un pequeño tiempo para que los turistas caminen por la zona y descubran por su cuenta los tesoros que allí habitan. Es mejor que contrateis este servicio antes de salir de viaje, de modo que ya esté todo acordado y la visita sea más segura.
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Consejos y curiosidades
Egipto es magia, sus templos albergan un sinfín de leyendas y curiosidades, por lo que el Templo de Abu Simbel no podría ser menos:
- El santuario de Ramsés II tiene una peculiaridad singular y es que dos días al año los rayos del sol penetran en la estancia e iluminan las imágenes de Amón, Ra y Ramsés. Esto ocurre el 21 de febrero y el 19 de octubre.
- Por lo general, las mujeres de los faraones eran representadas a un tamaño menor que sus maridos. Sin embargo, Nefertari tiene las mismas dimensiones que Ramsés II.
- Abu Simbel era considerado un lugar sagrado, pues está relacionado con Hathor, diosa del amor, la alegría y la danza.
- Como ya se ha mencionado, los templos no se encuentran en su lugar originario, sino que han sido movidos en el siglo XX para evitar que se perdieran por el agua de una represa.
Entradas y precio
Tenéis que tener cuidado a la hora de reservar este paquete de visita, y es que en ocasiones las agencias pueden sumarle un plus muy elevado, llegando incluso a cobrar 125 euros el recorrido. Por el contrario, si se queréis ahorrar hasta un 40% del precio, es más seguro buscar a través de internet portales especializados en reservas de excursiones.
Es mejor que contratéis todo esto antes de iniciar el viaje, en otro caso, para no verse en la necesidad de pagar de más. Si se organiza todo previamente, podréis contar con un guía que maneje tu idioma.
Cómo llegar
Para llegar a Abu Simbel existen diferentes opciones: se puede ir en autobús, avión o en barco a bordo de un crucero. Cada una de las variedades puede contratarse. Por ejemplo ir en crucero es muy sencillo, dado que el barco para directamente en los templos.
Si se elige la opción de ir en avión, debes saber que es el transporte más rápido: en media hora se llega desde Asuán hasta Abu Simbel. Sin embargo, si le sumas el desplazamiento al aeropuerto, los controles de seguridad, la espera y el trayecto, al final el tiempo que ahorras es mínimo. Por lo tanto, será mejor que elijas aquel que encaje en los planes que previamente has establecido.